La astrología médica, un campo que explora los efectos de los planetas en el cuerpo humano, está disponible gratuitamente en línea. La astrología védica examina la relación entre las influencias planetarias y las enfermedades. La posición de los planetas, ya sea en exaltación o debilitamiento, puede estar relacionada con la aparición de enfermedades. Además de los signos ascendentes, el Sol y la Luna son factores cruciales en un horóscopo, especialmente en el diagnóstico de enfermedades. Esta comprensión puede abrir nuevas posibilidades para tratamientos médicos más eficaces para afecciones como el autismo, la fertilización in vitro (FIV), la narcolepsia y la inmadurez congénita.
Los Vedas proyectan las características astrales de los humanos, comenzando con el análisis de diferentes órganos en relación con su dependencia de otros planetas. En el esquema, nuestro cuerpo tiene 12 partes segmentadas y se analizan los planetas que las controlan. Ahora comenzaremos a aprender las 12 clasificaciones del cuerpo humano, los planetas encargados de actuar sobre ellas, y la naturaleza y las características de los planetas en relación con los órganos correspondientes de nuestro cuerpo.
El conocimiento védico indica que la maduración del cerebro y la sangre permanece bajo el control de Marte. Aunque la sangre no tiene acceso al cerebro, lo influye enormemente. Un Marte afligido causa enfermedades en las células cerebrales. El Sol es el factor clave en la acción de cada planeta. Marte, con la ayuda de Saturno, crea médula ósea; por lo tanto, Marte produce células sanguíneas. Marte y Saturno están en perfecta armonía, lo que aumenta la producción de sangre de calidad en los seres humanos. La sangre de calidad brinda a los seres humanos beneficios como la calma y una naturaleza serena, pero, por el contrario, da lugar a vidas irritables y excéntricas.
Los Vedas proyectan que Venus desempeña dos tipos de funciones en los humanos: Tipo I y Tipo II, respectivamente. Venus, en estado de aflicción, causa obesidad y enfermedades oculares, auriculares, glandulares y sexuales.
En la actividad de tipo I, Venus cuida los ojos para facilitar la visión, el pabellón auricular para la audición, el olfato, la garganta y las glándulas. Los minerales, que flotan fácilmente en el torrente sanguíneo, pueden causar daño ocular e incluso ceguera.
En la actividad de tipo II, Venus se encarga de los órganos sexuales, la secreción normal de hormonas de crecimiento, la maduración y la proliferación de las células sexuales. La actividad de tipo II de Venus, en conjunción con el Sol, podría causar la combustión de las células sexuales, lo cual tiene un efecto tóxico en el cerebro humano. Si este ciclo anormal se prolonga continuamente, puede provocar obesidad.
El conocimiento védico guía a Mercurio como indicador de la presencia de vida, ya que permite que el aire entre en los pulmones tras el nacimiento del bebé. Mercurio estimula el sistema nervioso. Cuando un bebé nace, Mercurio envía un impulso a todos los órganos del cuerpo para que inicien acciones, lo que provoca una gran emoción y lo hace llorar. La astrología médica enfatiza que Mercurio es el único factor causal y curativo de todas las enfermedades.
El estudio védico indica que la Luna controla nuestra mente y nuestras manos; además, representa el agua y controla el contenido hídrico de nuestro cuerpo. Además, la Luna controla las enfermedades psiquiátricas y es responsable del dolor corporal. El dolor corporal es de dos tipos: el primero, debido a la falta de agua, y el otro, al exceso de agua. El primer tipo de dolor se presenta cuando el planeta se acerca al Sol durante la luna nueva. La luna llena causa el segundo tipo de dolor. El autismo es una enfermedad puramente lunar.
Según el estudio védico, la parte superior del abdomen recibe la máxima influencia del Sol. Esta zona es donde los alimentos liberan su energía gracias al páncreas, que produce insulina para digerir los carbohidratos. El efecto adverso del Sol causa diversas enfermedades, como la narcolepsia y el insomnio.
El conocimiento védico indica que el planeta Plutón influye en el intestino grueso o colon humano. El intestino grueso absorbe agua y alimentos líquidos. Debido a su movimiento excéntrico, Plutón es un planeta muy sensible al calor y al frío. Asimismo, el movimiento muscular del intestino grueso aumenta con el aumento de temperatura. Se puede experimentar fácilmente con té o café caliente por la mañana, lo que nos ayuda a facilitar la evacuación. Plutón es sensible al calor y potencia el movimiento peristáltico.
Los estudios védicos indican que Júpiter es el planeta que da origen a la vida en la Tierra. Los muslos son las partes del cuerpo humano que reciben la influencia de Júpiter. Estos muslos consumen más azúcar, equilibrando así el nivel de azúcar en la sangre.
Las rodillas disfrutan de la máxima influencia del planeta Saturno. Saturno es responsable de la gestión de todo tipo de componentes minerales en el cuerpo humano. Saturno ayuda a formar huesos, cartílagos y células sanguíneas. Saturno proporciona hierro y oxígeno, lo que le da color a la sangre.
Los Vedas se centran en las piernas, en particular en los músculos de la pantorrilla, que se asemejan a la función de Urano en el cuerpo humano. Urano, en cooperación con Saturno, cuida de nuestras piernas. La función más crucial de Urano es mantener el equilibrio gaseoso. Los músculos de la pantorrilla de nuestro cuerpo suelen dispersar los gases tóxicos generados por la respiración anaeróbica.
Los pies representan la parte del cuerpo humano que se beneficia de la influencia del planeta Neptuno. Neptuno y Júpiter ejercen beneficios para la salud al eliminar fluidos y gases tóxicos a través de los pies.